miércoles, 27 de abril de 2016

Canción

Uno de estos días me asaltó el recuerdo y la nostalgia. Todo sucedió porque en una radio, que no es en la que laboro, programó la canción de los Kumbia Kings. Sí, no leyó mal, fue “Mi dulce niña” la que me transportó a 2010. Entonces, recordé que ese año me dedicaron esa canción. Pobrecita ella, la discriminé desde el principio. Es más, ni la escuché.























Pues, esa noche de abril me senté a escucharla después. Lo hice porque cuando repercutió en las ondas hertzianas no la digerí, sólo la recordé. Entonces, fui hacia el internet, busqué la letra e hice un ejercicio casi semiótico, quizás empujada por la recién adquisición del tratado de Semiótica. No es cierto, sólo hice el ejercicio de “limpiarla” un poco. ¿Cómo? Pues, corregí lo errores ortográficos y puntué, eliminé escollos expresivos, revisé la retórica y eliminé lo repetitivo. El resultado es esto:

“Ya lo ves, estoy tan loco por ti. Cuando te veo venir, no sé ni qué decir.
No encuentro la manera de decirte lo que siento, tengo un nudo de amor, me estoy muriendo.

Ya lo ves; yo voy siempre detrás de ti para ver si tú, al fin, te fijarás en mí. No encuentro camino para que tú estés conmigo. Mas lo tengo decidido, voy a ser más que tu amigo.

Lo tengo decidido, yo te voy a enamorar y conmigo vas a estar. No quieras disimularlo, si en mí has pensado. Vente conmigo, yo quiero estar contigo.

Mi dulce niña, tú me fascinas por tu sonrisa; por tu mirada linda, mi dulce niña.
Tú eres mi vida; contigo, niña, quiero pasar los días.

Yo sé que eres la niña ideal, la que me tiene mal, con la quien quiero estar. Lo que pido, sin querer ser atrevido; es que tu vengas conmigo, por favor. Quiero verte así, cerquita de mí, para poder decir lo que siento por ti. Te juro que te quiero y tengo un amor sincero. Yo me desintegro por tus besos”.

Después de todo, la vi y pensé: “Muchas gracias, a quien me la dedicó (honestamente, no recuerdo quién fue) pero aún y cuando logré hacer algo decente de toda la canción sigo creyendo que pocos artistas quedan que logran ser íntegros en la construcción de las canciones y que no suene más como una amenaza que a declaración de amor”. Muchas gracias, de verdad, pero sigue sin gustarme.