miércoles, 12 de marzo de 2008

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte

Sí, unos dirán: ¡¿Se tardó tanto?!, pues sí, me tardé por respeto a lo que se tardó J.K. Rowling en escribirla, yo me tomé mi tiempo. Pero bueno, el punto es que Harry y sus siete aventuras multiplicadas por no sé cuántas más que se terminaron.
Debo reconocer la ardua tarea que le tomó a JK atar cabos, un poco forzados, para poder complacer el paladar de los más exigentes lectores de Harry, sin embargo en su esfuerzo logró unir algunos, dejar a la imaginación otros.
Lo que sí es innegable es la masacre que hubo con la idea de deshacerse de tanto personaje que quizás no podrían figuran en la estampita final de la novela, o quizás porque esto podría hacer parecer más sufrido al personaje principal. Desde el auror por excelencia: Ojoloco Moody, el simple elfo doméstico Dobby, pasando por el lobo que logramos soportar: Lupin y la extrovertida Tonks, hasta el ácido Snape (debo reconocer que su reivindicación estuvo genial, hasta el pensadero salió a resolver el misterio) y el singular Fred - sí, el que no tenía el agujero negro en su rostro- cayó combatiendo. No sé si hubiera tenido 12 años menos, o quizás 15; hubiera soportado tanta muerte.
El punto es que la misma fórmula sale: bien vrs. mal, magia negra vrs. magia blanca, el público agradece que no se complicara. La historia del niño que venció puede ser la historia de cualquiera. Funcionó.
Aunque hubiera querido ir a los funerales , uno por uno de los magos y las magas que cayeron, por mera nostalgia - sí, suena tétrico- pero es una buena forma de despedirse ¿o no?.
Pero como todo, esto tuvo que acabar con la sonrisa cómplice de que los nombres que sonaron al final fueron Albus y Severus.

jueves, 6 de marzo de 2008

CERRANDO CÍRCULOS


Hablando uno de estos días con una colega sobre el tema me asaltó una duda: ¿será que realmente cerramos círculos? porque si a esas vamos, yo aún guardo, por ejemplo, la carta que mi gran amor me escribió (y fue en 1994) todavía tengo el listón que Cristian, el primo de Luis "La Bestia", colocó en mi cabello; porque dicho sea de paso, él jamás había tenido un detalle conmigo.
Mantengo la correspondencia que la Marcia y yo con tanto esmero nos dedicábamos en el colegio, cuando estábamos en octavo grado. Tengo los dibujos que Carmen, quien ahora es arquitecta, me regalaba cuando apenas rozábamos los 11 años. Conservo envolturas de dulces y les puedo decir quién me los dio.
Creo que dentro de todo esto no hay círculos inconclusos, al contrario, hay círculos vivos, llenos de risas, de lágrimas, de confesiones, de amor.
Me avocaría a mi estimado compadre René, que es sicólogo, para preguntarle si no estaré cerrando círculos, pero es que siento que si suelto estas cosas se me va la memoria y si a algo le tengo miedo es a olvidar lo importante, a cerrar círculos en el limbo (que no existe por cierto, es una mera teoría) por eso me quedo mejor con esto, con lo que me hace sonreir de vez en cuando, si no estoy cerrando nada pues ni modo.
Lo importante no es lo que guardo en el garage, es lo que tengo en un pequeño cofre que está bajo mi cama, que me hace volver a donde fue, a donde estuve y a quienes estuvieron.

sábado, 1 de marzo de 2008

en minúscula


y el gigante llegó con sus pies llenos de luz, de fuego, de amor, de voz, de vos, de expediciones y ángeles, de lo que fue y lo que será, lo importante es que llegó, con un torrente de emociones que no se volverán a vivir, llegó.
y los liliputences gritaron con voces de fe, con voces de amor, cada nota desprendida de la tormenta que traía junto a sus unicornios y papalotes.
qué buen sabor de boca dejan los besos melódicos del gigante que después de 20 años no encantaba estas tierras. gracias silvio.