En esta vorágine de personas andamos buscando siempre. Esa
necesidad del ser humano de estar dentro y pertenecer a algo. Bien dijo Julio: "Andábamos
sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. Oh Maga, en cada
mujer parecida a vos se agolpaba como un silencio ensordecedor, una pausa
filosa y cristalina que acababa por derrumbarse tristemente, como un paraguas
mojado que se cierra." Ahora, la pregunta del millón, ¿realmente están los
hombres listos para encontrar las mujeres que circulamos hoy?
Porque ya no tenemos dentro de nuestro currículum “cocinar”,
“planchar”, “cuidar niños/as”. Muchas ya no tenemos como prioridad ser amas de
casa, nos interesa la libertad, la intelectualidad. Amamos nuestra carrera y
departir con amigos. En lo particular, deseo mucho más ser yo misma antes que
ser “de” alguien. Las mujeres que me rodean ya no son la Susanita de Quino que
paren a diestra y siniestra (según lo que Dios me dé). Ya no.
La ciencia, la historia, las leyes nos han absuelto de
seguir patrones que ya no casan con nosotras. Nos permiten decidir qué hacer y
que no. Por eso, al próximo que venga podré preguntarle: ¿Estás seguro? Porque
aunque las aves vuelan en bandada el vuelo siempre es personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario