Desde ya que quede claro: LAS ETIQUETAS SON UNA PENDEJADA. Odio,
con todas mis entrañas que la gente etiquete, pero sobre todo, que me etiqueten
a mí.
No es cierto que si lloro por las cosas que me duelen o me
emocionan soy una débil, Soy una persona que siente, que se expresa así, NO SOY
DÉBIL.
No es cierto que porque me pregunta qué hago y les responda:
trabajar; es que soy una Workaholic (búsquese el término) No, también disfruto
de dormir por largos períodos, salir con mis amigos y amigas, disfruto caminar
en la calles con Neo y pasear con mi má.
Tampoco es cierto que si trabajo en un medio, los billetes
se desbordan de mi billetera. ¿Alguien ha revisado mis cuentas para que digan
eso? No es cierto. Como tampoco lo es el hecho de que yo siempre ando locutando
en la calle, hablo normal. Cuando estoy en cabina soy una persona que hace su
trabajo bien, eso es todo.
Tampoco es cierto que si hablo sinceramente soy una persona
enojada, el tono de las palabras se las colocó usted, no yo. Cuando digo: no
pasa nada, es eso: no pasa nada. ¿Qué quieren? ¿Una escena? No, para shows hay
otras. Odio las interpretaciones, que resultan al final lo mismo que las estúpidas
etiquetas.
Tampoco es cierto que si pregunto las cosas directas es que
ande desesperada, es que soy así: franca, directa, sin anestesia. Las cosas me
gustan prácticas y lo que será, será. No tendrá que mediarse con tanto rodeo.
No porque me ría tanto siempre andaré al 100%, también tengo
mis bajones, quienes me conocen lo saben. Si al celular se le pierde la señal,
se le acaba la batería, quién dice que a mí no pueda ocurrirme lo mismo. A
veces también necesito porras. Quienes me conocen – de verdad- lo saben.
No porque esté escribiendo esto es que sea una resentida, no
es cierto. Simplemente es que me tiene harta las casillas en donde ustedes me
meten, no quepo ahí, soy mucho más que eso. Como ustedes pueden exigir que no
los metan en cajitas de fósforos cuando necesitan mucho más, cuando son mucho más.
Tengo mil facetas, como las tienen ustedes. No son los mismos como hijos, ni
como padres, ni como pareja, ni como compañeros, ni como cheros, ni como
hermanos. Todos somos un todo, compuestos por varias partes.
Repito: ODIO LAS ETIQUETAS, ME PARECEN UNA PENDEJADA.