A diario, sea lunes o sea jueves, vengo escuchando entre
todos los contactos del FB y a toda claridad las frases de “Ash, tener que ir a
trabajar”, “puuuuya qué hueva”, etcétera, etcétera y más de etcétera… ¿saben
qué? Me tiene harta esta actitud.
Por qué? Fácil, a diario también veo entre la gente de mi
pueblo oficios que estoy segura que usted ya no está con las ganas de hacerlo.
Por ejemplo: mientras usted va cómodo o cómoda en su automóvil con un cigarro –
si tiene el hábito de fumar mientras
maneja- o escucha música, platica con su copiloto, afuera seguro hay un joven
que roce los 19 años repartiendo papeles con la información que estoy segura
que no leerá, a plenas 12 del mediodía, soportando no solo la inclemencia del
tiempo si no la inclemencia de su actitud despectiva respecto a esto. Tras de
ellos hay transnacionales que les está pagando un sueldo mucho, pero
muuuuuuucho más miserable del que usted se queja (que seguramente estará
destinado a una tarjeta de crédito, que este mismo muchachito no tiene).
Otro: las nenas con cuerpos esculturales en trajecitos apretujados
bajo las mismas inclemencias del joven del volante repartiendo publicidad,
induciendo a consumir una compañía telefónica y para colmo, soportando las rusticidades
de cuando pervertido se desplace por la arteria en donde ellas se ofertan y
usted transita en el mismo automóvil cómodo.
Los vigilantes, sí los mismos que resguardan su automóvil en
la oficina, los que le piden identificación a la entrada del edificio, cuando
se sabe que: “El cansancio le impide a tu mente procesar bien la información
que acumula durante el día. Al no dormir lo recomendado, no estás totalmente
consciente de lo que haces y tus recuerdos no son precisos. El sueño también
ayuda a consolidar memorias. Si no duermes, tu cerebro no retiene información”
¿De cuánto es la jornada de los vigilantes en promedio? 24 horas, 24.
Despiertos, si se puede. ¿Y usted? Seguro su jornada es de 8, que en promedio
no las usa laborando al 100%, va tomando empuje alrededor de las 10 am, y en la
tarde alrededor de las 2:30. Digo esto, para que no se mal entienda, que aunque
esté en la oficina, sus neuronas no se activan hasta esas horas, laborales,
laborales: 5 horas, estos hombres – y mujeres- le llevan en ventaja 19 horas.
Los “agentes de limpieza”, sí, los y las que les toca lavar
las inmundicias que hace usted en los sanitarios de los centros comerciales, de
la oficina, de la universidad, del colegio. Limpian, literalmente, su cagada.
Le apuesto que no les sabe el nombre y nunca les ha dado las gracias por nada.
La jornada de esta gente, por ejemplo, en la Gran Vía es hasta que el último
salga de ese centro comercial, hasta el último. Limpiar y dejar inmaculado para
el siguiente día. Para que usted llegue a dejar sus inmundicias a ese lugar
mañana. Resulta más extenuante cuando es fin de semana. Se lo pregunté a Laura,
la chica que estaba de turno el día que con “Él” llegamos a cenar al BW.
¿Qué hace a las 3 am? Seguro me dirá: dormir, no hay otra
cosa que hacer a esa hora. Pues se equivoca, a esa hora se tiene que cargar,
descargar, desplegar y comenzar la jornada en La Tiendona, en donde muchos y
muchas acudimos a comprar porque es más barato. Usted comienza a las 8 am a
entrar a la oficina, ellas y ellos ya están posesionados de sus lugares desde
las 3, le llevan 5 horas también.
Y puedo seguir, porque en este país que nos tocó vivir a
usted y a mí resulta que el deporte nacional no es el futbol, es “La Rebusca”
además de ser la forma más “honrada” de ganarnos el pan. Y siga hablando, siga lamentándose de esa
silla acolchonada, de ese aire acondicionado, de los horarios “normales” que
tiene, de los compañeros y compañeras con quienes comparte las labores, siga,
siga… los antes mencionados se lo agradecerán porque sabrán que su trabajo es
mucho más “matado” que el propio y se sentirán aliviados y seguirán en cada
esquina, en cada oficina conformándose con las miserias que les dan.
1 comentario:
muy bien dicho... y que bonito lo describes; un diez!
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